7 de abril de 2013

Es que te han pillado



Abril de 2013 en el Planeta Tierra: Periodistas internacionales revelan la existencia de ingentes cantidades de dinero evadido en paraísos fiscales, en manos de una minoría de personas. Mientras, arguyendo problemas de liquidez, los gobernantes de los países desarrollados siguen tomando decisiones en pos de reducir el déficit (y la deuda). Las consecuencias son fatales: millones de personas empiezan a estar desasistidas. España sigue estando en el G20.


Te dicen que te estás cargando el país, tú, que eras un gran patriota. Por unos milloncejos de nada, que no van a ninguna parte (a Suiza, a las Caimán, ¿qué más da?). Pero tú crees que aún hay solución: reaccionar como un gato panza arriba.

Te indignas por los condenados escraches de la turba social desagradecida. Piensas que tú serás el siguiente y te estremeces. Te preguntas cuán grande es la ignorancia. Tú que te has hartado de comunicar todos tus logros para remontar la crisis. La crisis. Pero te la están jugando poniendo en duda tu buen hacer. Habría que haberles visto a ellos en tu situación.

No hay nada malo en llevarse unas comisiones por beneficiar a quienes tiran del carro de la economía. Es más, es lo justo. Lo que pasa es que hay mucha demagogia en la opinión pública y no se puede decir. Porque, vamos a ver: si saco adelante medidas para que los que tienen pasta puedan generar riqueza, es justo que yo, que soy el facilitador, me lleve algo a cambio -te dices-. Que a la gente no le gusta, normal, la envidia les corroe, contra eso no se puede hacer nada. Como siempre, además, el que paga, manda, ¿no?

Claro, tú eres realista, sabes que el mundo es así. No lo puedes cambiar. El que quiera, que te siga. El que no te siga, que no se eche las manos a la cabeza, porque ya sabía lo que había. Ya te habías encargado de transmitírselo por activa y por pasiva con colosales tautologías: “Este Gobierno hará lo que tenga que hacer”.

Tú eres la víctima.

Estás tan convencido de tu verdad, que estás dispuesto a cercenar cualquier movimiento en tu contra: reprendiendo, descalificando, aplastando y sofocando cualquier tentativa que te contradiga. Porque sabes que no estás solo: grupos de presión poderosos, aunque minoritarios, te cubren las espaldas. Los oligarcas ya están aquí, y tú a su servicio. Nadie os va a echar del país que te ha visto crecer. Eres un patriota.

La plebe debe aprender a subsistir como lo ha hecho a lo largo de la Historia, que esto no es nuevo. Si han de pasar hambre, ya se buscarán los garbanzos. Si han de cobijarse bajo un cartón, ya encontrarán la manera de improvisarse cualquier morada y de adecentarla. Si sus hijos no logran acabar sus estudios, ya se pondrán a trabajar en lo que sea. Si los enfermos no cuentan con asistencia sanitaria, siempre podrán encomendarse a Dios, que nunca les fallará si son buena gente. Pero deben tener clara una cosa: el dinero no da la felicidad.

Sólo los elegidos logran lo que se merecen. Tú lo eres, aunque te hayan pillado.


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